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viernes, 30 de noviembre de 2012

20N un día de fiesta para los asesinos de una soberanía bananera


Por Peter Magnus
Vivir en un país en el que se celebran las muertes de dos dictadores sin que el gobierno haga nada por no permitirlo, es indignante, y además, si la celebración cuenta con el beneplácito de la iglesia, todavía se enervan mucho más los ánimos y la rabia se desata, la ira se desboca y uno no puedo más que sentir indignación, vergüenza y humillación al pertenecer a un país que permite estos actos que deberían estar prohibidos por ley.
Pero la cosa no queda solo en esta celebración que tuvo lugar el 20N, en la capital de esta soberanía bananera, en la céntrica iglesia de los Jerónimos, donde se dio cita lo más granado y aguerrido de los fanáticos seguidores de Franco y de Primo de Rivera, además el cura, no se ruborizó, no solo al reconocerse seguidor del franquismo, sino que no contento con esa  demostración alentó a las hordas fascistas allí congregadas a que “sigan las huellas y el ejemplo de vida generosa” de Francisco Franco. Esto en un país civilizado y democrático no ocurriría, y de ocurrir con toda seguridad los responsables de tamaña convocatoria tendrían que vérselas con la justicia; pero claro, esto ocurre en esta “patria bananera” instaurada, y bien instaurada, por esa caterva fiel a la doctrina franquista que no dudará en acabar con “ésos rojos asesinos”, poniendo de manifiesto aquel dicho que reza “ver la mota de polvo en el ojo ajeno para no ver la viga en el propio” (cito de memoria, puede que no sea exactamente así, pero a buen entendedor… me parezco a Sancho…).
Pongamos por ejemplo, antes de seguir adelante, a Alemania, que incluso los descendientes de los responsables del holocausto (también habría que revisar este tema del holocausto, porque en el mismo se omiten cifras de víctimas que sin ser judíos también fueron exterminados, “60 millones de muertos” y no todos fueron judíos), han pedido perdón a las víctimas, y que yo sepa, al menos Google no me dice que exista, en Alemania no hay ninguna fundación (en España está la Fundación Nacional Francisco Franco: http://www.fnff.es/ ) que dedique sus fondos a venerar al asesino Hitler, y los alemanes han demostrado estar a la altura de sus circunstancias juzgando y condenando a aquellos que formaron parte de aquel engendro del nacionalsocialismo en el que germinó la semilla del “histriónico” Hitler, reconociendo y asumiendo que Hitler fue un dictador y un genocida, cosas éstas que en esta soberanía bananera no solo no se reconoce sino que se intenta eludir por todos los medios que Primo de Rivera, primero, y Franco, después, fueron unos asesinos.
Ahora, a pesar de que el artículo se va a salir de la medida habitual (una página A4), vayamos a las temibles y odiosas comparaciones, pero es preciso hacerlo para informar de unos datos que los franquistas siempre han querido ocultar y sobre todo manipular, por ello no permitió Franco que se registraran todas las muertes del bando republicano en el que el bando franquista exterminó (y no lo digo yo, lo dicen las fuentes consultadas) a unas 200 mil personas, las cifras van desde las 130 mil a las 200 mil según qué investigadores y qué facilidades se les ha dado a éstos para llegar a ellas.
Otra cosa son las cifras que manejan los afines a Franco, los mismos que alzaron sus manos y cantaron el cara al sol el 20N en la iglesia los Jerónimos y que como defensa sacan siempre la matanza de Paracuellos, aquellas cuatro mil víctimas en comparación con las cerca de doscientas mil, es cuando menos una forma ridícula, además de cínica, de argumentar con ello la defensa del franquismo.
Sabemos que del lado “nacional” franquista cayeron unas 50 mil personas, cosa esta que está bien documentada ya que el mismo Franco se preocupó bien de que esto se reflejara en las actas, cosa que no hizo con el otro “bando” (200 mil víctimas y cerca de 1 millón de exiliados) al que ha negado toda posibilidad de dar una sepultura digna a sus muertos, privados éstos, también, de un juicio justo, ya que fueron asesinados en las tapias de cientos de cementerios, y en las cunetas de cientos de carreteras por no aceptar la doctrina que el dictador imponía a golpe de tiro en la nuca.
Y es este país de pantomima, no me canso de decirlo, donde se le da voz a actores como Arturo Fernández en algunas televisiones muy de derechas, donde este señor convoca a los españoles a unirse, a arrimar el hombro en estos tiempos de crisis, pero claro, siempre que nos unamos bajo la ideología peperiana a la que él rinde pleitesía defendiendo al PP como si éste fuera “otro salvador de la patria”, “otro Franco que nos imponga el pensamiento único”, al que el actor parece aludir sin que tenga muy claro este punto, y es este actor el que llama feos a la gente de izquierdas, es el que insulta a los que se atreven a cuestionar sus conceptos ideológicos, que no son otros que los mismos que los de Franco, me pregunto si el actor no estaría también memorando la muerte de sus admirados en las iglesia de los Jerónimos; a este tipo de personas no se las debería tener en cuenta, ni en los medios tradicionales ni en las redes donde ha sido Trending topics en Twitter, a este tipo de personajes hay que condenarlos al ostracismo y no darle voz porque lo único que se consigue con ello es dar publicidad a los mensajes de la caverna, en la que este señor se encuentra como pez en el agua, si no vean su intervención en el programa de televisión El Gato al Agua.
Fuentes consultadas para la redacción de este artículo:
Un año más el templo de los Jerónimos acoge a los nostálgicos del franquismo, entre ellos el suegro de Gallardón, para honrar la memoria del dictador... ¡Si Tarancón levantara la cabeza!
La Iglesia pide seguir “las huellas y el ejemplo de vida generosa” de Francisco Franco
JOSÉ MARÍA GARRIDO | 25/noviembre/2012*
La Fundación Nacional Francisco Franco nació en 1976, apenas un año después de la muerte del Caudillo. Se constituyó legalmente y goza de personalidad jurídica como institución cultural sin que su actividad u objetivos sean de adscripción política o partidista. Sus estatutos enumeran como objetivo prioritario la difusión de la memoria y obra de Francisco Franco. **

wikipedia
A la 
sublevación del 18 de julio de 1936 en España siguió de forma casi inmediata una brutal represión ejercida desde ambos bandos que, persiguiendo la eliminación física del adversario, produjo decenas de miles de muertes.
Estudios, basados en evoluciones demográficas, cifran en 540.000 la sobremortalidad de los años de la Guerra Civil y la inmediata postguerra, y en 576.000 la caída de la natalidad.1 La estimación de víctimas mortales en la Guerra Civil Española consecuencia de la represión puede cifrarse en 200.000 personas. De ellas, se calcula en unas 50.000 las asesinadas en la retaguardia de la zona republicana,2calculándose en 100.000 las asesinadas en la retaguardia de la zona sublevada,3 4 a las que hay que añadir unas 50.000 ejecuciones en la represión franquista que siguió a la Guerra Civil.3 5 Estas estimaciones, aún en 2009, estaban sometidas a revisión; aunque las víctimas producidas por el bando republicano fueron bien identificadas, las producidas por los sublevados, habiendo sido ignoradas durante el franquismo, hoy existen dificultades para cuantificarlas e identificarlas. «Las investigaciones realizadas hasta la fecha demuestran que un alto porcentaje de desaparecidos no consta en registro alguno».6

La represión en cifras en la zona republicana

Al contrario de lo ocurrido con las víctimas en la zona nacional, puede considerarse que las víctimas en la zona republicana están bien identificadas y sobre su número existen menos controversias. Al concluir la Guerra Civil, el franquismo acometió un exhaustivo estudio que quedó reflejado en la llamada Causa General. El estudio recoge las consecuencias del denominado "terror rojo" desde febrero de 1936 hasta el fin de la contienda. Se trata de un minucioso estudio realizado municipio por municipio y que ocupa más de 1.500 legajos, hoy conservados en el Archivo Histórico Nacional. Según los datos que obran en este archivo, el número de víctimas de la represión republicana sería de 38.563. Ramón Salas publicaría un estudio, según el cual este número ascendería a más de 70.000; aunque en este estudio se han descubierto duplicaciones. Estimaciones actuales calculan que el número de estas víctimas no debió superar las 50.000.26
Las víctimas, en esta zona fueron, principalmente, religiosos, terratenientes, empresarios y políticos de derechas, y éstas se concentraron principalmente los primeros meses de la contienda, producto de numerosos paseos que, aunque en menor medida, siguieron produciéndose hasta el fin de la misma.
Un millón de presos políticos y doscientos mil muertos
Eduardo de Guzmán
Tiempo de Historia
 (*). 

65 años años después: Hitler y los alemanes

POR HERNÁN DINAMARCA, DESDE ALEMANIA
Público.es

Arturo Fernández: "Son feos exteriormente e interiormente"


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